La presidenta de México, Claudia Sheinbaum , todavía no corta el cordón umbilical que le une con su mentor, . A pesar de que el legado político que heredó del carismático fundador del movimiento Morena está demostrando estar contaminado y tóxico, «la doctora» está apostando por ser una heredera fiel. De momento.

Sheinbaum, bajo la presión de EE UU y la constante amenaza arancelaria, está siendo testigo de cómo aflora la corrupción por el contrabando de combustible en el seno de la empresa estatal PEMEX que implica a altos mandos de la Armada mexicana o la detención del exsecretario de Seguridad (equivalente al consejero de Interior) del Gobierno de Tabasco por ser al mismo tiempo líder del grupo criminal La Barredora, vinculado con el poderoso cártel Jalisco Nueva Generación. Esta s

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