Por Rafael Torres
No porque Feijóo se resista a pronunciar la palabra genocidio deja de ser un genocidio lo que Israel perpetra en Gaza. Ojalá la omisión de la palabra que lo nombra hiciera desaparecer el hecho, pero la verdad poética de que es la palabra la que crea lo que nombra no rige en la verdad prosaica, en aquella en que un matanza de civiles y la destrucción de cuanto poseen es, se le llame como se le llame o no se le llame nada, matanza y destrucción. No sólo sin freno ni límites, sino estimulado por la aniquilación de todas las reglas de la civilidad emprendida por su nodriza americana, Netanyahu y sus secuaces pueden, y lo están haciendo, exterminar al pueblo palestino de Gaza para, luego, edificar sobre la tierra arrasada y los cadáveres sepultados bajo los escombros el resor