Jimmy Kimmel regresará a ABC esta noche, pero no en todos los mercados. La cadena Sinclair ha decidido no transmitir el programa en sus estaciones afiliadas a ABC, lo que ha generado un tira y afloja sobre la libertad de expresión. Nexstar, por su parte, aún no ha comentado sobre sus planes de transmisión. Jake Tapper, de CNN, advirtió que la situación no se limita a Kimmel, sugiriendo que podría haber repercusiones más amplias en el futuro.

La controversia ha crecido en torno a Kimmel, quien ha sido objeto de críticas por parte de comentaristas de medios pro-Trump. Algunos analistas han instado a la administración Trump a tomar medidas contra Disney, la empresa matriz de ABC. Brendan Carr, presidente de la FCC, mencionó que "podemos hacerlo por las buenas o por las malas", lo que ha intensificado el debate sobre la regulación gubernamental en el ámbito de los medios.

La indignación se ha manifestado en redes sociales, donde figuras como Mollie Hemingway, colaboradora de Fox News, han expresado su descontento, afirmando que "DISNEY TE DESPRECIA". Hemingway criticó un monólogo de Kimmel, acusándolo de proteger la violencia de izquierda y de dañar los valores estadounidenses. Kimmel, en su defensa, argumentó que el movimiento MAGA estaba intentando ganar puntos políticos al distanciarse de un sospechoso de asesinato.

El regreso de Kimmel se presenta como un desafío a los activistas de derecha que han buscado limitar la libertad de expresión en los medios. PEN America ha calificado este regreso como una "reivindicación de la libertad de expresión". Sin embargo, la presión sobre Disney y ABC continúa, con figuras como Clay Travis sugiriendo que el Gobierno debería investigar las intenciones de la compañía en relación con su programación.

Nexstar, que se ha manifestado en contra de Kimmel, se encuentra en una posición delicada, ya que necesita la aprobación de la FCC para su fusión con Tegna. La incertidumbre persiste sobre si las estaciones locales de Nexstar transmitirán el programa esta noche. Este episodio refleja la creciente polarización en el panorama mediático estadounidense, donde la política y la programación de entretenimiento están cada vez más entrelazadas.