El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, inauguró los discursos de alto nivel en la Asamblea General de la ONU con un mensaje contundente dirigido a su homólogo estadounidense, Donald Trump. Este discurso se produce en un contexto de tensiones diplomáticas, tras la reciente imposición de sanciones por parte de Trump a Brasil, que incluyen un arancel del 50% sobre productos brasileños.

Lula abordó varios temas críticos, como la guerra en Gaza, la condena del expresidente Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado, y la regulación de las redes sociales. Sin mencionar a Trump directamente, Lula enfatizó que "nuestra democracia no se regatea". Se refirió a la condena de Bolsonaro, destacando que "un otrora jefe de Estado fue sentenciado por haber atacado el Estado derecho democrático". Lula subrayó que Brasil envió un mensaje claro a los autócratas: "nuestra soberanía no se regatea".

La tensión entre ambos líderes se intensificó cuando Trump calificó el juicio a Bolsonaro como una "cacería de brujas" y utilizó su discurso en la ONU para criticar a Brasil. Lula, por su parte, advirtió que "las intervenciones unilaterales se están convirtiendo en la norma" y que el autoritarismo se fortalece ante la falta de acción contra actos arbitrarios.

A pesar de las diferencias, Trump mencionó que tuvo una "química excelente" con Lula durante un breve encuentro antes de su discurso. Ambos acordaron reunirse la próxima semana, aunque la relación entre los dos países sigue siendo tensa debido a los aranceles y la situación de Bolsonaro.

En su discurso, Lula también condenó la guerra de Israel en Gaza, calificándola de "genocidio" y afirmando que "nada justifica el actual genocidio en Gaza". Hizo un llamado a la comunidad internacional para actuar y mencionó que el hambre se está utilizando como "arma de guerra". Además, expresó su admiración por los judíos que se oponen a la guerra en Gaza.

Lula también criticó los ataques de Estados Unidos a barcos en aguas cercanas a Venezuela, describiéndolos como "ejecuciones extrajudiciales". Afirmó que el uso de la fuerza letal en situaciones no bélicas es inaceptable y abogó por la cooperación para combatir el narcotráfico.

Finalmente, Lula propuso la necesidad de "refundar la OMC (Organización Mundial de Comercio)" debido a que el sistema de comercio multilateral ha empeorado. Criticó las medidas unilaterales que han socavado los principios fundamentales del comercio global, haciendo un llamado a la cooperación internacional.