El Racing de Santander dejó escapar dos puntos en El Arcángel tras un empate amargo (2-2) frente al Córdoba CF. Lo que parecía una victoria controlada con 0-2 a favor y superioridad numérica, se esfumó en el minuto 98 , cuando el colegiado Carlos Muñiz Ruiz , a instancias del VAR, señaló un penalti sobre Rubén Alves cometido por Jorge Salinas , que Cristian Carracedo transformó para poner el 2-2 definitivo. Desde entonces, el foco del debate no está en el juego, sino en la controvertida decisión arbitral .

La jugada, paso a paso

La acción se produjo en un balón aéreo dentro del área, ya en el tiempo añadido. El jugador del Córdoba, Rubén Alves, cayó al césped con signos evidentes de dolor y sangrado en el rostro. El árbitro, bien colocado, no señaló inicialmente ninguna infracción y dejó seguir el juego. Sin embargo, el VAR, con Rubén Ávalos al frente , recomendó revisión de la jugada por un posible golpe con el codo.

Tras revisar las imágenes en el monitor del VAR, Muñiz interpretó que hubo un impacto “temerario” con el codo en la cara del adversario , acción que, según el protocolo actual, se sanciona como penalti y tarjeta amarilla. Así lo confirmó el propio árbitro durante la revisión:

“Perfecto. De acuerdo, efectivamente, el número 32 impacta de forma temeraria en la cara del número 16. Voy a reanudar con tiro penal y amonestación al número 32” .

¿Qué se ve en las imágenes?

Sí hay contacto . El brazo de Jorge Salinas golpea en el rostro a Alves, pero también es evidente que se trata de un movimiento natural en un salto de impulso , sin intencionalidad. Desde el entorno del Racing, y en especial su técnico José Alberto, se interpreta como una acción fortuita que no debería haber sido sancionada:

“Es una acción donde mi jugador no sabe ni que hay un rival detrás. El árbitro está perfectamente colocado y ve lo que sucede. Poco más puedo decir” .

El debate: ¿hasta qué punto debe intervenir el VAR?

La jugada abre un debate ya habitual en el fútbol profesional: ¿Debe el VAR intervenir en acciones grises, de interpretación, cuando el árbitro no señala infracción en directo? .
En este caso, la revisión se basó en la existencia de un golpe, visible además por la sangre en el rostro del jugador local, lo cual pudo influir en la decisión. No obstante, la cuestión clave es si ese contacto merece la máxima sanción , especialmente cuando el árbitro no lo consideró punible en directo y no hubo intención de agredir.

La conversación entre los árbitros, revelada tras el encuentro, demuestra cómo el VAR condiciona la percepción de la jugada. Rubén Ávalos le dijo al colegiado:

“Te voy a ofrecer una cámara al 50%. En mi opinión, el defensor golpea de forma temeraria con el codo en la cara del adversario” .

Y Muñiz, tras la revisión, se alineó con esta visión. Pero ¿es esto coherente con la filosofía original del VAR? Muchos en Santander opinan que no.

Interpretaciones opuestas

Para exárbitros como Alfonso Pérez Burrull , no hay unanimidad en este tipo de lances:

“Mete el codo en la jugada, eso está claro, pero entre que sea una acción de juego o que exista intencionalidad, me quedo con lo primero. Antes del VAR no se habría señalado. Ahora, con la tecnología, cambia el criterio” .

También se critica que en este tipo de acciones se priorice el frame congelado , que magnifica el contacto, frente a una visión global de la jugada y su contexto: ritmo, intenciones y consecuencias reales.

El VAR como protagonista, otra vez

Para el Racing, la jugada empaña un partido que tenían controlado. El propio José Alberto lo dejó claro en sala de prensa:

“Tenemos que darle una vuelta a esto del VAR, porque está claro que no lo estamos utilizando bien. Es una herramienta muy potente, pero no estamos sabiendo sacarle el partido que merece” .

El enfado no solo radica en la acción puntual, sino en que este tipo de decisiones cambian dinámicas y resultados. El Racing pasa de sumar tres puntos fuera de casa a ceder dos, tras haber dominado buena parte del encuentro y no haber sabido cerrarlo en superioridad numérica.