Paola Llegó a su casa bufando de coraje… sentía un nudo de impotencia en el estómago, una sensación de impunidad casera le brotaba líquida por los ojos, no había sido elegida para el puesto por ser quien era, se lastimaba pensando que la inteligencia y la capacidad suplantarían los favores íntimos insinuantes que se dignó despreciar, los mismo que explicaban la ocupación y ascenso de una de sus compañeras sin talento ni virtudes.

Así se cubren las cuotas de género, casi por oportunismo pareciera se aprovecha las bondades legales que hoy nos otorgan sin distinción. “El solo hecho de ser mujer” el hecho que a veces basta a veces limita.

¡No, no juzgo a mis hermanas! Repensaba Paola tratando de comprender cómo es que en pleno siglo XXI fuese “víctima” de las circunstancias… tanto esfuerzo,

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