Ecuador vive un intenso paro nacional indefinido, que ya cumple tres días, liderado por el movimiento indígena Conaie. Las protestas se originan por la reciente eliminación del subsidio al diésel, una medida que ha generado un aumento en el precio del combustible, de 1,80 a 2,80 dólares por galón. Hasta el momento, se han reportado al menos 59 detenidos, según la ministra de Gobierno, Zaida Rovira.
Las movilizaciones se concentran en varias ciudades, incluyendo Quito, Cayambe, Otavalo, Guaranda y Saquisilí. En estas localidades, los manifestantes han bloqueado carreteras, lo que ha llevado a una fuerte presencia militar y policial. La fuerza pública ha utilizado vehículos pesados para despejar las vías obstruidas. En Otavalo, se han registrado enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden, resultando en heridos y daños a vehículos policiales.
El ministro del Interior, John Reimberg, también informó sobre la detención de dos ciudadanos venezolanos, presuntamente miembros de la organización criminal Tren de Aragua, en el contexto de las protestas. Estos individuos fueron arrestados en Otavalo, donde se ha evidenciado la participación de extranjeros en las manifestaciones. Reimberg expresó su sorpresa por la presencia de ciudadanos de otras nacionalidades en las protestas, sugiriendo que podría haber un intento de generar caos.
Los estudiantes universitarios también se han sumado a las protestas, exigiendo la renuncia del presidente Daniel Noboa. Durante una marcha en Quito, los estudiantes denunciaron detenciones arbitrarias y expresaron su preocupación por el impacto de las políticas del Gobierno en su calidad de vida. Luis Chuquimarca, miembro del Consejo Estudiantil de la UCE, calificó la medida como "neoliberal" y perjudicial para el pueblo ecuatoriano.
El presidente Noboa, por su parte, ha defendido la eliminación del subsidio, argumentando que permitirá un ahorro significativo para el Estado, que se destinará a incentivos sociales. Sin embargo, ha calificado las protestas como "actos de terrorismo" y ha afirmado que no retrocederá en su decisión. La situación en el país sigue siendo tensa, con un clima de incertidumbre y descontento social.