Estados Unidos llevaba tres décadas atrayendo talento global con la visa H-1B, un permiso que permite a empresas contratar trabajadores extranjeros altamente calificados, hasta ayer: la administración decidió imponer un nuevo costo (bastante exagerado) con cada nueva solicitud.
La medida desató caos en Silicon Valley, entre universidades y hospitales, y pánico entre cientos de miles de aspirantes —en su mayoría de la India— que ven más preguntas que respuestas con el nuevo método de solicitud de esta visa. Pero, aunque desde la Casa Blanca lo ven como un test de competitividad, los economistas ya advierten el riesgo: una amenaza del flujo que alimenta la productividad, la innovación y el crecimiento económico del país.
Con la nueva tarifa de $100,000 para la visa H-1B, Estados Unidos pue