La simple celebración del encuentro convocado en noviembre en Santa Marta, Colombia, ya es un éxito que debemos empujar

Las expectativas de la cumbre que se celebrará los próximos 8, 9 y 10 de noviembre en Santa Marta (Colombia) entre la Celac y la Unión Europea no son destacables. El conjunto de circunstancias que la hacen imprevisible es conocido. Por empezar por las logísticas, la coincidencia con la cumbre de Belém (Brasil) de la COP-30 de Naciones Unidas, sobre el cambio climático, parecía, en principio, una inteligente coincidencia, pero puede no serlo tanto. Las circunstancias políticas en el país anfitrión no son demasiado estables. En este momento- todavía es muy pronto- hay una gran incertidumbre sobre el número de presidentes y jefes de Gobierno de ambos lados del Atlántico

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