Apenas una semana atrás parecía la víspera del apocalipsis. En tres días, el Banco Central había perdido más de US$ 1.000 millones para defender el techo de la banda cambiaria. Ninguna opción conocida era gratuita: vender reservas subía el riesgo país, subir la tasa de interés potenciaba la recesión, reponer algún cepo subía la brecha y abandonar la regla cambiaria podía ser un camino de ida. Los mercados reflejaban la tensión: bonos cayeron entre 10% y 15% según el plazo, el riesgo país rozó los 1.500 puntos , las acciones bajaron 10% promedio y el dólar minorista llegaba a $ 1.524 .
Una semana después, los precios de los activos, tanto bonos como acciones, superan las cotizaciones previas a la corrida , el riesgo país orilla los 1.000 puntos (aún lejos de los 560 puntos de en