El debate internacional sobre la ocupación y devastación de Gaza por parte de Israel ha reabierto una discusión que a menudo resulta estéril: ¿quién tiene la autoridad para calificar lo que ocurre como genocidio? ¿Es competencia exclusiva de la Corte Penal Internacional? ¿Debe pronunciarse un tribunal ad hoc? Estas preguntas, repetidas hasta la saciedad, terminan sirviendo como excusa para la inacción. Mientras se discute qué instancia debe pronunciarse, la destrucción de pueblos enteros avanza a plena luz del día. Y el genocidio palestino sigue su curso.
En el caso saharaui, esa coartada no existe. En abril de 2015, un tribunal ordinario europeo, la Audiencia Nacional española, ya calificó como genocidio la campaña marroquí entre 1976 y 1991. El juez Pablo Ruz dictó un auto dentro del su