Las traiciones en el fútbol no se olvidan. Las heridas de los tránsfugas tardan muchos años en cicatrizar. El hacha de guerra no se entierra fácilmente. Tanto que un cuarto de siglo después a Luis Figo aún no se le perdona su fichaje por el Real Madrid en el verano del año 2000. Invitado en el palco como asesor de la UEFA, el socio del Barça no tardó en acordarse del portugués.

Figo jugó cinco temporadas con el club blanco y cada vez que regresaba al Camp Nou se puso de moda un cántico para humillarle y provocarle, una rima consonante, un desprecio un tanto vulgar que hace referencia a su nacionalidad y le insultaba. “Es portugués, …. es” fue el grito que hizo fortuna y que la grada de Montjuïc ha recuperado este miércoles.

Cántico reciclado

Pese a que Laporta intentó justificar l

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