
Los correos analizados por la UCO no sólo confirman que la directora de programas de la Presidencia del Gobierno, Cristina Álvarez, se ocupaba de las actividades privadas de Begoña Gómez , sino que, en el colmo del desahogo, la mujer del presidente facilitaba a las empresas el teléfono oficial de su asesora en La Moncloa.
Es decir, que ni siquiera se cubría o cuidaba las formas, tal vez por el hecho de que ese teléfono de la Moncloa le confería un estatus necesario para reforzar su posición en las negociaciones con las empresas. El informe de la Guardia Civil detalla que el 21 de noviembre de 2022 Gómez recibe un mensaje del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), un centro científico financiado por el Estado, «invitando a visitar el centro y mostrando interés en la materia de la cátedra».
«Ese mismo día, Gómez emite respuesta mostrando su disposición para colaborar con el CENIEH, de tal manera que facilita el teléfono de contacto de Álvarez para concertar una videollamada en aras de tratar el asunto», recogen los investigadores.
Nada de extraño hay en que un organismo público invite a un acto a la mujer del presidente, pero lo que sí es insólito es que la mujer del presidente utilice ese acto para poner en valor su actividad privada. Begoña Gómez responde con un «hola María, encantada de saludarte y felicidades por vuestro trabajo, veo que tenemos muchas cosas en común y varias líneas de trabajo abiertas con el mismo propósito.
Como te habrá contado Juan Carlos, uno de los objetivos de la cátedra TSC es la difusión y divulgación de la Agenda 2030 y cómo contribuir positivamente al impacto social y medioambiental».
O sea, a las primeras de cambio vende sus negocios:»Para mí sería un orgullo poder participar en esta jornada y que pueda realizarse en la semana de la mujer y la ciencia me parece un marco muy oportuno. Te propongo que hables con mi compañera Cristina tlf 609xxxxxx para agendar una videollamada en las próximas semanas y hablar más extensamente de las posibilidades que ofrece esta jornada.
O sea, Begoña Gómez usaba su condición de mujer del presidente para impulsar sus negocios y directamente ponía a las empresas en contacto con su asesora en Moncloa -obsérvese que ella la llama compañera- para rentabilizar su actividad privada.