Durante más de tres siglos, el Imperio español extendió su influencia por los cinco continentes. América, África, Oceanía y Asia fueron escenario de una expansión sin precedentes que llevó a España a ser conocida como el país “en el que nunca se ponía el sol”. Sin embargo, con el paso del tiempo, muchos de aquellos territorios buscaron su independencia, deseosos de iniciar una nueva etapa lejos de la metrópoli.
Pero no todos los procesos de emancipación resultaron como se esperaban. Uno de los casos más llamativos es el de Filipinas , que tras romper con España a finales del siglo XIX, terminó lamentando su independencia . Lo que en un principio parecía el inicio de una nueva era de libertad acabó convirtiéndose en una etapa de dominación extranjera bajo el control de Estados Unido