La tensión que se barrunta en el Indo-Pacífico tiene una fecha marcada en rojo en los despachos del Pentágono: 2027. Según las advertencias de altos funcionarios estadounidenses, es el plazo que el presidente Xi Jinping habría fijado para que sus fuerzas armadas estuvieran preparadas para una posible toma de Taiwán, la isla que Pekín considera una provincia rebelde y cuya soberanía reclama con una insistencia creciente. Esta preocupación se traduce en un constante desarrollo de capacidades para contrarrestar a Pekín, como demuestra el reciente récord de alcance logrado por un caza F-22 con un nuevo misil aire-aire, un claro mensaje disuasorio en la región.

De hecho, esta escalada diplomática se apoya en una modernización militar sin precedentes. La Armada del Ejército Popular de Liberac

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