El Kremlin ha expresado su «extrema preocupación» ante la posibilidad de que Estados Unidos dé un paso al frente en su apoyo militar a Ucrania. La sola idea de que misiles Tomahawk de largo alcance puedan llegar a manos del ejército de Kiev ha puesto en alerta a Moscú, que ve en este movimiento un posible vuelco en el conflicto . Desde una postura más escéptica, el principal aliado de Rusia, el presidente bielorruso Alexander Lukashenko, ha puesto en duda que la Casa Blanca vaya a autorizar finalmente la entrega de este armamento tan avanzado.
De hecho, esta tensión diplomática tiene su origen en la conversación entre ambos mandatarios , Donald Trump y Volodímir Zelenski. Durante la llamada, el presidente estadounidense y su homólogo ucraniano abordaron el envío de los misiles, un gir