Enric Urraca de Diego (Barcelona, 1946) tenía apenas 12 años cuando su familia huyó de España rumbo a Francia. La persecución política contra su padre, miembro de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) en Barcelona, los obligó abandonar el país gobernado por el franquismo. “Teníamos que cambiar de casa cada dos por tres hasta que se hizo insostenible y marchamos a Francia con un pasaporte falso, porque antes no daban pasaportes así como así”, recuerda Enric. La familia vivió más de un año indocumentada en Francia hasta que, tras gestiones con la gendarmería francesa, obtuvieron el estatus de refugiados políticos.
Su padre abandonó un buen puesto de trabajo en España para desembarcar en Francia, donde afrontaron enormes dificultades en un primer momento: “Lo pasamos muy mal. Estuvi