Ya lo decía Ángela Claverol, presidenta de la Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama de Sevilla , en la víspera: “Os necesitamos para demostrarle a la Junta de Andalucía que no somos 2.000 ni 20.000... somos muchas mujeres en Andalucía”. Y así ha ocurrido, porque pese a que las condiciones climatológicas no han acompañado miles de personas se han plantado ante la misma puerta del Gobierno andaluz, en el Palacio de San Telmo, para cargar contra el Ejecutivo de Juan Manuel Moreno no sólo por esta crisis por los fallos en el cribado de cáncer de mama, sino por el hundimiento general de la sanidad pública andaluza.

Al llamamiento de Amama, que fue la organización que destapó el problema que ha derivado en la mayor crisis política que ha encarado Moreno desde que es presidente en 2019 , han respondido entidades sociales, sindicatos y formaciones políticas de izquierda, pero sobre todo una ciudadanía que es consciente en su día a día de la degración del sistema. Ha sido la protesta, como pregonaba Claverol, de los que están “hartos de esperar dos semanas al médico de cabecera o un año o dos para el traumatólogo”.
La manifestación ha sido una tormenta de indignación, en la que se ha vuelto a arropar a las integrantes de Amama como representantes de las 2.317 mujeres que la Junta ya admite que han sufrido fallos en sus pruebas para detectar un posible cáncer de mama. Una situación que encima se ha empeorado con críticas a las propias denunciantes o contra la oposición política, a la que Moreno reprocha que las críticas a su gestión lo que hacen es dañar al sistema sanitario público .

Cuando no se cumple ni un mes desde que el escándalo estallara con toda su fuerza, el problema lleva semanas monopolizando la agenda social y política: la ciudadanía porque ha encontrado el caso que mejor ejemplifica un deterioro sanitario que sufre día a día, y los partidos porque han encontrado una brecha por la que agitar las tranquilas aguas en las que se movía el Ejecutivo andaluz. Desde entonces ha caído la consejera de Salud , Rocío Hernández, y Moreno ha ofrecido abrir una “nueva etapa” en la sanidad pública con un cambio de modelo que no le ha comprado ni la izquierda ni Vox.
Todo ello, además, con un horizonte judicial que se puede complicar, porque ya son dos las investigaciones abiertas por la Fiscalía , que ha puesto el foco también en los posibles cambios en los historiales clínicos. Las denuncias presentadas apuntan incluso a casos de “homicidio imprudente” y “lesiones por imprudencia”.

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