WASHINGTON (AP) — La primera persona que llamó a una asamblea telefónica con Andy Harris, el legislador de Maryland, líder de la conservadora Freedom Caucus (Asamblea de la Libertad) de la Cámara de Representantes, estaba preparada con una pregunta sobre la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible de Estados Unidos (PPACA, por sus siglas en inglés). El hijo discapacitado de su primo corre el riesgo de perder el seguro que obtuvo gracias a esa ley, dijo la persona.
“Ahora tendrá que pagar el doble o el triple de la prima que ha estado pagado por el seguro”, dijo la mujer, identificada como Lisa, del condado Harford, Maryland. “Me encantaría que explicara cuál es el plan de los republicanos para el seguro médico”.
Harris, republicano con siete mandatos, no tuvo una respuesta clara. “Creemos que la solución es intentar hacer algo para asegurar que todas las primas bajen”, respondió, y predijo que el Congreso “probablemente alcanzará alguna salida negociada” más adelante.
Su incertidumbre reflejó un dilema republicano conocido: 15 años después de la promulgación de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, el partido se mantiene unido en sus críticas a la ley, pero dividido sobre cómo avanzar. Esta tensión se ha acentuado durante el cierre del gobierno, ya que los demócratas aprovechan el aumento de las primas para presionar a los republicanos a extender los subsidios a punto de expirar de la ley comúnmente llamada “Obamacare”.
El presidente Donald Trump y los líderes republicanos dicen que considerarán extender los créditos fiscales mejorados que, de lo contrario, expirarán a finales de año —pero sólo después que los demócratas voten a favor de reabrir el gobierno. Por el momento, las personas inscritas en los planes ya reciben notificaciones con fuertes aumentos de las primas para 2026.
A la vez que los ayuntamientos se llenan de votantes frustrados —y sin que surja ningún plan republicano claro—, el tema parece cobrar fuerza política de cara a las elecciones intermedias del año próximo.
“Las primas están subiendo, se extiendan o no”, dijo el senador republicano Rick Scott. “Las primas suben porque los costos de la atención médica están subiendo. Porque Obamacare es un desastre”.
En el centro del cierre del gobierno —ahora en su cuarta semana y sin un final a la vista— se encuentra la exigencia demócrata de que se extiendan los subsidios de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible aprobados en 2021.
Trump ha prometido una alternativa desde hace mucho tiempo.
“El costo de Obamacare está fuera de control, además, no es una buena atención médica”, escribió en su red social Truth Social en noviembre de 2023. “Estoy considerando alternativas seriamente”.
Presionado sobre la atención médica durante un debate presidencial en septiembre de 2024, Trump dijo que tenía “esbozos de un plan”. Pero casi 10 meses después del inicio de su presidencia, ese plan aún no se vislumbra.
El doctor Mehmet Oz, administrador de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid —los programas de seguro médico gubernamentales—, declaró a la cadena NBC el miércoles: “Creo firmemente que el presidente tiene un plan”. Pero no entró en detalles.
Los republicanos enuncian que quieren una reforma más amplia del sistema de atención médica, aunque resultará difícil sacar adelante un plan antes del año que viene. Los líderes del partido no han explicado cómo gestionarán los créditos fiscales que expiran e insisten en que no negociarán el tema hasta que los demócratas acuerden poner fin al cierre del gobierno.
Un análisis de septiembre de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), independiente de los partidos, estimó que extender permanente los créditos fiscales aumentará el déficit en 350.000 millones de dólares entre 2026 y 2035. El número de personas con seguro médico se elevará en 3,8 millones en 2035 si se mantienen los créditos, proyectó la CBO.
Cuando se le preguntó el miércoles en CNN si los republicanos tienen un plan para abordar los subsidios si el gobierno reabriera, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, respondió que tenían “propuestas” que pueden estar “listas de inmediato”.
“Es un tema muy complicado, muy complejo, que requiere mucho tiempo para que se genere consenso al respecto”, añadió.
Con los avisos de aumentos repentinos en las primas que llegan a los buzones y el inicio del período de inscripción abierta para los planes de salud de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible de Estados Unidos el 1 de noviembre, la presión política ha sido evidente en los foros públicos republicanos.
En Idaho, el representante Russ Fulcher expuso a quienes llamaban preocupados que “la atención médica proporcionada por el gobierno es el camino equivocado” y que “la atención médica privada es el camino correcto”. En Texas, el congresista de primer año Brandon Gill respondió en la llamada de una persona que enfrenta un fuerte aumento en las primas que los republicanos están enfocados en reducir el despilfarro, el fraude y el abuso.
Harris hizo eco de un mensaje compartido por muchos en su partido durante su asamblea pública en Maryland, al decir que los costos “simplemente están regresando a ser como antes de la (pandemia de) COVID”.
No obstante, la cantidad de personas que dependen del seguro médico de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible de Estados Unidos ha aumentado notablemente desde antes de la pandemia. En 2025, más de 24 millones de personas estaban inscritas en los planes del mercado oficial de seguros médicos —la plataforma en línea del sistema de salud estadounidense donde se equiparan y contratan seguros médicos bajo la PPACA—, en comparación con los aproximadamente 11 millones de 2020, según un análisis de KFF, una organización sin fines de lucro dedicada a la investigación de la atención médica.
Sara, de Middleville, Michigan, le dijo al legislador John Moolenaar durante su asamblea pública que, si las primas del seguro médico suben hasta un 75%, la mayoría de las personas probablemente se quedará sin atención médica. “Así que, ¿cómo aborda usted eso?”, preguntó.
Moolenar, quien representa un distrito que ganó con facilidad el año pasado, respondió: “Tenemos tiempo para negociar, elaborar un plan a futuro, y creo que eso es algo que podría ocurrir”.
Algunos republicanos han mostrado una preocupación urgente. En una carta enviada a Johnson, un grupo de 13 congresistas republicanos de distritos electorales competitivos escribió que el partido debe “centrarse inmediatamente en la creciente crisis de asequibilidad de la atención médica” una vez que termine el cierre del gobierno.
“Si bien nosotros no creamos esta crisis, ahora tenemos tanto la responsabilidad como la oportunidad de abordarla”, añadieron los legisladores.
Algunos republicanos descartan las proyecciones de que las primas de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible se duplicarán con creces sin los subsidios, las califican de exageradas y argumentan que la ley ha alimentado el fraude y el abuso que deben ser frenados.
Muchos demócratas atribuyeron su capacidad para ganar la Cámara de Representantes en 2018 —durante el primer mandato de Trump—, al intento del Partido Republicano de derogar Obamacare, y pronostican un resultado similar esta vez.
Aproximadamente 4 de cada 10 adultos estadounidenses respondieron que confían en que los demócratas harán un mejor trabajo en la gestión de la atención médica, en comparación con aproximadamente una cuarta parte que confía más en los republicanos, según una encuesta reciente de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research (The Associated Press-Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos), una organización apartidista de investigación. Alrededor de una cuarta parte no confía en ninguno de los dos partidos, y aproximadamente 1 de cada 10 confía en ambos por igual, según la encuesta.
Aunque los líderes republicanos se comprometen a discutir la eliminación de los subsidios cuando el gobierno reabra, es evidente que muchos legisladores republicanos se oponen rotundamente a una extensión.
“Al menos entre los republicanos, existe una creciente sensación de que simplemente mantener el statu quo es muy destructivo”, dijo Brian Blase, presidente del Paragon Health Institute (Instituto de Salud Paragon) y exasesor de políticas de salud de Trump durante su primer mandato.
Michael Cannon, director de estudios de políticas de salud en el libertario Instituto Cato, dijo que trabaja con varias oficinas del Congreso en alternativas que permitirían la eliminación de los subsidios. Por ejemplo, quiere ampliar la exención de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible de Estados Unidos otorgada a los territorios estadounidenses a los 50 estados y reintroducir una política del primer mandato de Trump que permitió a los estadounidenses contratar seguros médicos temporales fuera del sistema establecido por la PPACA.
Cannon declinó identificar a los legisladores con quienes trabaja, pero dijo que espera que implementen sus ideas “más pronto que después”.
David McIntosh, presidente del influyente grupo conservador Club For Growth (Club para el Crecimiento), declaró a la prensa el jueves que el grupo ha “instado a los republicanos a no extender esos subsidios de la era de la (pandemia de) COVID”.
“Tenemos un gran problema de gasto”, dijo McIntosh.
“Creo que la mayoría de la gente dirá: ‘OK, tuve un muy buen plan durante la COVID’”, agregó. “Pero ahora todo ha vuelto a la normalidad y yo debería pagar por la atención médica”.
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Swenson reportó desde Nueva York.

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