La primera comida del día puede marcar el rumbo de toda la jornada. Los nutricionistas insisten cada vez más en la importancia de una ingesta proteica matutina que suponga en torno al 30 % del total diario recomendado. El objetivo es claro: estabilizar los niveles de azúcar en la sangre desde primera hora para garantizar un rendimiento físico y mental óptimo, además de contribuir al desarrollo de la masa muscular o a la pérdida de peso. De hecho, la optimización del rendimiento diario puede comenzar incluso la noche anterior, mediante la implementación de rutinas nocturnas que te harán más productivo al día siguiente.

De hecho, este hábito tiene un efecto directo sobre el apetito. Un desayuno rico en proteínas genera una mayor sensación de saciedad , lo que ayuda a evitar el picoteo de

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