La “falta de dólares” que reaparece sin falta en la discusión económica argentina ya obligó al gobierno de Milei a buscar ayuda varias veces. Pidieron rescates del Fondo Monetario Internacional y del Tesoro de los Estados Unidos, ratificaron el tradicional incentivo a la evasión en Argentina mediante el blanqueo y sacrificaron en torno a US$ 1.500 millones en retenciones, todo para volcar divisas al Banco Central. Pero hay una paradoja: como país, la Argentina ya tiene muchos dólares; de hecho, tiene más dólares que deuda.

Si el país fuera una persona, tendría una deuda de US$ 9.200 y, al mismo tiempo, US$ 10 mil en billetes verdes bajo el colchón. En términos netos, es acreedor y no deudor del resto del mundo. El problema es que el país no es un solo actor económico, sino muchos: los arg

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