Encontrar casos de jóvenes que, aun teniendo oportunidades de vivir fuera, prefieran quedarse en sus pueblos de origen comienza a ser más habitual de lo que parece.

Es el caso de Miguel Torrubiano quien es categórico al afirmar, con total sinceridad, que ni aunque le ofrecieran un trabajo en una ciudad de ocho horas con un sueldo de 5.000 euros al mes, dejaría su querido pueblo. Es uno de los últimos protagonistas de «Yo me quedo ahí» de Castilla-La Mancha Media.

Miguel es vecino de Tortuera, un pequeño municipio del Señorio de Molina que con sus 157 habitantes ha inoculado en este joven de 21 años la seña de identidad necesaria para que se sienta en casa al pasear por sus calles y plazas.

Vivir una aventura

Este joven, que asegura no valía para estudiar, es hijo y nieto de agr

See Full Page