Daniel Ripa, exdiputado de Podemos en Asturias, fue el impulsor de la denuncia que abrió la vía jurídica contra el peaje del Huerna. Cuando llegó con su planteamiento a la cámara todo el mundo se mostró escéptico y le tacharon hasta de ignorante. Por negarle la razón lo hicieron hasta los suyos, fue precisamente la eliminación del peaje del Huerna en la autopista que conecta Asturias con la Meseta, firmada durante el Gobierno de José María Aznar y extendida hasta 2050 sin una nueva licitación pública, lo que le condenó dentro de su propio partido: Podemos no quería fricciones con el PSOE.

Pero Ripa se mantuvo firme, presentó la denuncia ante Bruselas y ahora la Comisión Europea le ha dado la razón. Desde la Universidad Complutense de Madrid donde ahora trabaja como psicólogo, conversa con ElDiario.es Asturias tras el dictamen que declara ilegal la prórroga de la concesión y que el Gobierno central se niega a tener en cuenta.

Ripa sostiene que PP y PSOE eran conocedores de la irregularidad y que “durante 25 años y no actuaron”, y advierte a la ciudadanía de que no se puede bajar la guardia: “No nos podemos fiar de quienes miraron hacia otro lado todo este tiempo”. Ahora, este ciudadano de a pie que considera que la lucha se puede hacer desde el ámbito político y como ciudadano del mundo, es portavoz de la plataforma Peaje del Huerna ¡No! y ha visto como tanto el PSOE como el PP quieren abanderar una lucha que estuvieron ignorando durante años. Él también guarda los tickets cada vez que pasa el peaje porque concluye que “ya no hay vuelta a atrás, más pronto que tarde el peaje del Huerna desaparecerá” y sabe que, teniendo en cuenta otras sentencias similares a esta, los pagos se van a tener que abonar a la gente.

Durante 25 años no hicieron nada, ni cuando gobernaban ni cuando estaban en la oposición. Esa es la verdadera foto del poder político en Asturias: el miedo a molestar a Madrid.

Durante años fue tachado de ingenuo e incluso de ignorante por plantear que el peaje del Huerna podía eliminarse por la vía judicial. Ahora Europa confirma que tenía razón. ¿Qué sensación le deja?

Cuando empezamos esta batalla, nos decían que era imposible, que no se podía hacer nada y que había que resignarse hasta 2050. Pero no era un problema jurídico, sino político. Faltaba voluntad. Presentamos una revisión de oficio, un recurso ante el Tribunal Supremo y, finalmente, acudimos a la Comisión Europea. La razón nos la acaba de dar Europa, pero lo que ha quedado demostrado es que PP y PSOE sabían que la prórroga era irregular y prefirieron mirar para otro lado. Durante 25 años no hicieron nada, ni cuando gobernaban ni cuando estaban en la oposición. Esa es la verdadera foto del poder político en Asturias: el miedo a molestar a Madrid.

Ningún ministro se atrevería a decir que “es un problema de los catalanes” sin que se le viniera el Gobierno abajo. Pero con Asturias, sí. Esa diferencia explica mucho sobre cómo se nos percibe desde fuera.

¿Silencio político a cambio de intereses?

Así es. El peaje fue un negocio fabuloso para unos pocos. La ampliación de la concesión a Aucalsa se hizo a dedo, sin licitación ni justificación económica, y generó beneficios millonarios para la empresa concesionaria. Cuestionar eso suponía enfrentarse a los grandes intereses económicos y también al Gobierno central. Nadie quiso hacerlo. El PP lo impulsó en su día, y el PSOE, que prometió suprimirlo con Rodríguez Zapatero, guardó las demandas en un cajón. Lo que no había era coraje. El Huerna demuestra que Asturias tiene poco peso en Madrid. Si este peaje estuviera en Catalunya, ya habría caído hace años. Ningún ministro se atrevería a decir que “es un problema de los catalanes” sin que se le viniera el Gobierno abajo. Pero con Asturias, sí. Esa diferencia explica mucho sobre cómo se nos percibe desde fuera. A ver, si no hubiese manifestado nada Europa, el PSOE no hubiera abierto la boca en Asturias, vamos....

Daniel Ripa, en una manifestación contra el peaje delante de la Junta General del Principado.

Ni su propio partido le apoyó en esta denuncia. ¿Decepcionado con los suyos?

Sí, decepcionado, pero la militancia de base en Asturias fue ejemplar, fue la dirección estatal la que no quiso saber nada. Desde Madrid se veía como un tema secundario, incluso incómodo, porque podía generar tensiones con el Gobierno de coalición. Esa falta de apoyo fue dura. Pero lo asumí con naturalidad, porque entendía que mi obligación era defender a Asturias, no a un partido. Hubo un coste político y personal, sí, pero también la satisfacción de haber tenido razón. Hoy se demuestra que no era una locura: era justicia.

Hemos escuchado al presidente Adrián Barbón reconocerle ahora públicamente su gestión en este tema.

Sí y lo agradezco. A mí es una de las cosas que me gusta de Barbón es que suele de vez en cuando reconocer a adversarios políticos cosas que considera que se han hecho bien, es una virtud y que no es habitual, pero hubiera preferido que hubiesen apoyado las iniciativas cuando comenzó esta lucha allá por el 2018 y en el 2021 en Europa.

El Gobierno tiene ahora dos meses para responder a la Comisión Europea, pero Óscar Puente ya ha asegurado que no van a eliminar el peaje, alega razones económicas, que es inasumible.

Lo que deberían hacer es actuar ya. Retrasar la decisión solo encarece la factura económica y política. Si la Comisión ha dicho que la prórroga fue ilegal, no hay más debate: hay que anularla. Lo que no puede hacer el Gobierno es ganar tiempo o esperar a que Europa lo obligue, como ha hecho tantas veces. Si realmente creen en la cohesión territorial, tienen que demostrarlo con hechos. Y eso pasa por liberar el peaje y reparar el agravio que hemos sufrido durante décadas. Decir que es inasumible es mentir, se han eliminado otros peajes como en Zaragoza o Sevilla y todo ha seguido funcionando.Actualmente, Aucalsa forma parte del fondo de pensiones holandés APG, un grupo con gran poder de influencia y altos beneficios. Gracias a las bonificaciones vigentes, la compañía obtiene incluso mayores ganancias que cuando cobraba el peaje directamente. Si la concesión se prolongara hasta 2050, los ingresos serían muy superiores a los que percibiría con una posible cancelación e indemnización. En definitiva, es una operación sumamente rentable. El coste real de la eliminación del peaje estaría entre 100 y 150 millones, es insignificante a nivel nacional.

No podemos fiarnos de los partidos que durante 25 años no hicieron nada

¿Qué deberían hacer los ciudadanos mientras tanto? ¿Hay posibilidad de reclamar lo pagado?

Sí. Quien tenga tickets o extractos bancarios debería guardarlos, porque podrían servir para reclamar devoluciones. En 2019 la Comisión Europea y el Tribunal de Justicia de la UE condenaron a Italia por un caso idéntico, la autopista de Livorno que también fue prorrogada a dedo. Hace unas semanas una sentencia en Galicia reconoció el derecho a recuperar parte del dinero pagado en el peaje durante las obras de la autopista. Y en Asturias, con las obras del Huerna (iniciadas hace un año tras un enorme desprendimiento) se han reducido la velocidad y el servicio, y podría suceder lo mismo. Pero, sobre todo, la ciudadanía no debe bajar la guardia. No podemos fiarnos de los partidos que durante 25 años no hicieron nada. Si hoy el tema está en la agenda es gracias a la gente, a la presión social, a quienes creyeron que era posible cambiar las cosas. Si se relajan, los mismos de siempre volverán a esconder el asunto bajo la alfombra. En este país las cosas cambian solo cuando se lucha, Asturias necesita más autoestima política. Hemos vivido demasiado tiempo aceptando un trato desigual, como si tuviéramos que dar las gracias por cada inversión. El peaje del Huerna es una metáfora de eso: una barrera física y mental que nos separa. Y también una muestra de lo que ocurre cuando se gobierna desde la comodidad. Si esta batalla sirve para algo, que sea para demostrar que la persistencia y la dignidad acaban abriendo camino.

El peaje del Huerna es una metáfora de eso: una barrera física y mental que nos separa. Y también una muestra de lo que ocurre cuando se gobierna desde la comodidad.

Aunque hubo momentos en los que se sintió solo en esta lucha, también encontró apoyos clave. Usted mismo ha dicho que a esas personas les debe gran parte del éxito. ¿Quiénes estuvieron ahí cuando más falta le hacían?

Esta victoria no habría sido posible sin un esfuerzo colectivo. Yo solo no habría llegado hasta aquí. Quiero agradecer el apoyo jurídico de Javier Álvarez Villa, el trabajo de Segundo González, que consiguió acceder al expediente del Huerna, y la implicación de Covadonga Tomé, Dacio Alonso, Fran Suárez, Laura Tuero y Andrés Fernández, que presentaron conmigo la denuncia ante el Supremo.Pero, sobre todo, quiero reconocer a mucha gente de base de Podemos, de Somos y de la sociedad civil, que pusieron el cuerpo en las acciones, que creyeron que esto se podía cambiar cuando parecía imposible.La fuerza que hizo posible todo esto no vino de los despachos, sino de la gente.

Creo que no hay buenas vibraciones entre Barbón y Sánchez por temas internos de proyecto del propio partido.

Dice usted que las fricciones entre el Principado y el Gobierno central van más allá del peaje del Huerna.

Se nota la tensión entre el gobierno asturiano y el central, Barbón ha decidido posicionarse en contra del peaje y es que a ningún político asturiano se le ocurriría ceder ante su partido para ir en contra de los intereses de la sociedad asturiana, sabe que es un error absoluto, pero repito que eran conocedores del asunto desde hace 25 años y no podemos fiarnos. Creo que no hay buenas vibraciones entre Barbón y Sánchez por temas internos de proyecto del propio partido.

Lo que pasa es que a Óscar Puente el peaje del Huerna le da igual, quiere ganar tiempo y que el marrón le caiga a otro, porque a sabér donde está cada uno dentro de dos años

¿Qué le parecieron las declaraciones del ministro Óscar Puente cuando dijo que el peaje no es un problema para los asturianos?

Desafortunadas, muy desafortunadas. Está claro que Asturias tiene más problemas que el peaje del Huerna, pero negar la evidencia es ridícilo. Lo que pasa es que a Óscar Puente el peaje del Huerna le da igual, quiere ganar tiempo y que el marrón le caiga a otro, porque a saber donde está cada uno dentro de dos años. En cualquier caso, si el PSOE toma una decisión antes de que se manifieste el Tribunal de Justicia Europeo lo hará antes de elecciones. Yo creo que el tema del peaje es una lucha claramente popular, de la gente sencilla de Asturias: de los conductores, los pequeños transportistas, de muchísima gente que dice “ya está bien”. Es un error enfrentarse a algo que tiene una base tan comprensible, sobre todo porque es una cuestión de injusticia. El señor Puente no diría lo mismo si ese peaje se hubiese declarado ilegal en Catalunya, porque caería el Gobierno al día siguiente. Si el Huerna estuviese en Catalunya ya estaría eliminado.

Esta semana se hizo público un informe económico que desmonta la teoría de que el coste de liberar el peaje cuesta 30.000 millones.

Así es, se demuestra que anularlo y mantenerlo cuesta la mitad de lo que ya va a pagar el Gobierno a Aucalsa en bonificaciones. Si nos preguntamos por qué el mininterio querría regalar a Aucalsa más de 300 millones de euros hasta el 2050 la respuesta es sencilla: quién está comprado por el fondo de inversión es el Ministerio de Transportes, que en vez del interés general defiende que los ciudadanos perdamos dinero y que se mantenga una ilegalidad.

¿Se atreve a decir cuándo dejaremos los asturianos y asturianas de pajar el peaje en el Huerna?

Creo que lo veremos en 2027, aunque con la presión social que estamos ejerciendo es puede que lo consigamos antes. Creo que, si hay suficiente presión, el gobierno se adelantará y lo veremos en otoño de 2026. Y si es a la fuerza, tardará un poco más.