En la comunidad autónoma de Castilla‑La Mancha, a menos de una hora de la capital regional, está ubicada Maqueda, una localidad edificada sobre un cerro que ha tenido un papel estratégico a lo largo de la historia, controlando rutas de comunicación entre distintos territorios. Su desarrollo urbano y arquitectónico está marcado por la sucesión de ocupaciones y reconstrucciones, desde asentamientos romanos hasta la Edad Media, reflejando la importancia de la localidad como punto defensivo y de paso entre reinos.

El patrimonio de Maqueda, en la provincia de Toledo, incluye fortificaciones, edificios religiosos y elementos urbanos que muestran la evolución del municipio a lo largo de los siglos. Murallas, torres y puertas históricas se complementan con templos y restos administrativos que permiten comprender la organización social y militar de la villa. Esta combinación de estructuras proporciona un recorrido que permite observar la historia local de manera tangible, y convierte a Maqueda en un destino accesible para quienes buscan conocer la riqueza histórica de la provincia de Toledo en una escapada cercana a la capital.

Castillo de la Vela

El Castillo de la Vela constituye el principal referente histórico de Maqueda y el emblema más representativo del municipio. Su origen se remonta a un antiguo puesto de vigía romano, sobre el que se levantó una fortaleza durante la ocupación musulmana. Hacia el año 981 la estructura fue ampliada y reforzada, y la construcción que se conserva hoy se inició en el siglo XV bajo la supervisión del matrimonio Cárdenas‑Enríquez, cuyo escudo permanece sobre la puerta principal de acceso.

La fortaleza tiene una planta rectangular que se adapta a los desniveles del terreno, por lo que las murallas presentan diferentes alturas. Cuenta con cuatro torres circulares, una de ellas de menor antigüedad, y fosos que protegían dos de sus lados. Los muros, realizados en mampostería, alcanzan un grosor de hasta 3,5 metros y están coronados por almenado. La puerta principal, orientada al norte, refleja la autoridad de la familia Cárdenas y, junto con el adarve de 2,5 metros de altura, muestra la organización defensiva típica de la época.

En el interior se han identificado restos arqueológicos que evidencian el asentamiento de distintas civilizaciones, así como derrumbamientos y un incendio que afectó a varias estancias. La disposición de torres y fosos permitía controlar el acceso y la vigilancia del entorno, cumpliendo con su función estratégica.

A lo largo de su historia, el castillo acogió a personajes relevantes como el Cardenal Mendoza y la reina Isabel la Católica, acompañada de Beatriz de Boadilla. En 1931 fue declarado Monumento Histórico‑Artístico y, en la actualidad, alberga el Museo Histórico de la Guardia Civil.

Otros bienes patrimoniales de Maqueda

Dentro del núcleo urbano, varios edificios y estructuras reflejan la historia y el desarrollo de Maqueda. La iglesia parroquial de Santa María de los Alcázares se levantó en el siglo XV y se ubica junto a la Puerta Califal, integrándose en la muralla que rodeaba la villa. Su distribución interior se organiza en tres naves separadas por arcos, mientras que la torre del campanario se añadió más tarde, a comienzos del siglo XX.

La Torre de la Vela, situada en la Calle Real en dirección al castillo, forma parte de los restos más antiguos de la fortificación original. Construida en mampostería y ladrillo con una planta curvilínea, servía como atalaya y elemento de vigilancia. La torre representa un fragmento relevante de la muralla árabe que partía del castillo y rodeaba la villa hacia poniente, conectando con otras torres como la de Santa María y la de Las Infantas.

El conjunto defensivo y urbano se completa con otras construcciones históricas, entre ellas el Rollo de la Villa, símbolo de jurisdicción local, y el Castillo de San Silvestre, ubicado en la antigua villa homónima. Este último, de planta rectangular con torres cilíndricas y almenado, conserva parte del foso original y muestra cómo la nobleza organizaba la defensa en la región.