Cuesta creer que un año después de la dana, y con todo lo que ya se ha divulgado en los medios de comunicación y en la instrucción judicial, Carlos Mazón siga ofreciendo detalles sorprendentes sobre lo que hizo aquella tarde que agravan su falta de credibilidad ante la opinión pública. O tal vez pueda suceder que el president en funciones de la Generalitat Valenciana ya da por descontada cualquier responsabilidad política con su dimisión y que su objetivo único es el de evitar cualquier declaración o respuesta que pudiera ir en su contra en una hipotética imputación judicial, es decir, todo lo referido al ES-Alert. Porque no se entiende que haya dicho en el Congreso que no cogió la llamada a Salomé Pradas a las 19:10, en un momento de máxima gravedad: “igual llevaba el teléfono en la mochi

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