Harold Hamm, magnate estadounidense y fundador de la petrolera Continental Resources, desembarca en Vaca Muerta (Neuquén), el mayor yacimiento de petróleo y gas no convencional de Argentina y uno de los más relevantes del mundo. Su llegada se concreta con la compra del área Los Toldos II Oeste a Pluspetrol, operación confirmada este lunes por el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, a través de X. 

La operación marca el desembarco en Argentina de una de las mayores productoras de crudo privadas estadounidenses , con fuerte presencia en las cuencas de Bakken, Permian, Anadarko y Powder River, según Bloomberg.

El empresario Hamm, de 79 años, había visitado Buenos Aires en septiembre, cuando fue recibido por el presidente Javier Milei en la Quinta de Olivos, residencia oficial. En ese momento, comenzó a definirse la operación que ahora toma forma. Pluspetrol informó ante la Comisión Nacional de Valores que venderá el 90 % de su participación en el bloque Los Toldos II Oeste, mientras que el 10 % restante quedará en manos de la petrolera estatal provincial Gas y Petróleo del Neuquén. Se trata de un yacimiento de 77,7 kilómetros cuadrados aún en etapa exploratoria, donde solo se perforaron tres pozos, pero cuyos resultados llamaron la atención de los ejecutivos de Continental.

Hamm es considerado pionero del desarrollo no convencional en EE.UU. y uno de los impulsores del 'fracking' (técnica que combina perforación horizontal e inyección de fluidos a alta presión para extraer hidrocarburos de formaciones rocosas profundas) que convirtió al país en el mayor productor de petróleo del mundo. Su fortuna ronda los 12.000 millones de dólares , de acuerdo con el medio económico. Continental Resources produjo en el último trimestre 480.181 barriles equivalentes por día y reportó ingresos por 2.045 millones de dólares. La empresa dejó de cotizar en 2022, cuando Hamm recompró todas las acciones en circulación.

El desembarco también tiene una lectura política: Hamm es un aliado clave de Trump y uno de los aportantes a la remodelación del salón de baile de la Casa Blanca, obra valuada en unos 200 millones de dólares. Para Caputo, su llegada "será imitada por otras compañías independientes [norte] americanas" que ahora observan un marco "político y económico" favorable. El Gobierno confía en que este tipo de inversiones reactive una cuenca donde, en los últimos años, varias multinacionales comenzaron a retirarse mientras crecían los jugadores locales.