Los residentes de Charlotte están en pie de guerra ante las recientes redadas migratorias. Este miércoles, la Iglesia Metodista Unida de Dilworth se convirtió en el escenario de una intensa capacitación. Cientos de personas se reunieron para aprender a responder a las operaciones de control migratorio que han generado un clima de miedo en la comunidad.
El reverendo Joel Simpson, pastor de la Primera Iglesia Metodista Unida de Taylorsville, lideró la sesión. "Practiquemos nuestro lenguaje de silbidos", instó a los asistentes, quienes respondieron con una sinfonía de silbidos. Simpson enfatizó la importancia de alertar a los vecinos sobre las redadas y recordarles sus derechos. "Vamos a documentar y registrar las prácticas ilegales y vamos a disuadir la violencia", añadió.
Los voluntarios se organizan en turnos para patrullar las calles de Charlotte. Su misión es alertar a la comunidad sobre la presencia de agentes de inmigración. Se les aconseja trabajar en parejas y mantener una distancia segura de los operativos. Esta iniciativa surge en respuesta a más de 250 arrestos realizados en la zona desde el inicio de las redadas.
Los padres también están tomando medidas. Se organizan para vigilar las entradas de las escuelas y compartir transporte para llevar a los estudiantes a clase. Comerciantes de la ciudad cierran sus puertas para proteger a sus clientes. Las tácticas empleadas incluyen el uso de silbatos de advertencia y la exhibición de carteles que informan sobre los derechos de los inmigrantes.
El miedo es palpable. Muchas familias mantienen a sus hijos en casa y faltan al trabajo, temerosas de ser blanco de las autoridades. La organización Siembra NC, que agrupa a trabajadores inmigrantes, fue la responsable de la capacitación. Cientos de residentes han participado en estas sesiones, donde se les enseña a ayudar a los inmigrantes a llegar a sus destinos de manera segura.
Maria Klein, una de las asistentes, expresó su preocupación por la seguridad de los niños y los padres. "Esta era una oportunidad para hacer algo realmente práctico y tener un impacto inmediato", comentó. La profesora Jamie Roldán también ha notado el impacto de las redadas en sus alumnos, quienes le preguntan sobre la seguridad de sus familias. "Voy a defendernos con uñas y dientes", aseguró Roldán.
La situación ha llevado a un desplome en la asistencia escolar. Más de 30.000 estudiantes faltaron a las clases en el distrito de Charlotte-Mecklenburg, lo que representa aproximadamente el 20% de la matrícula. El alcalde interino, Danté Anderson, reconoció el impacto económico que esto ha tenido en las familias.
El distrito escolar ha emitido comunicados asegurando que no se ha registrado actividad relacionada con inmigración en sus campus. Sin embargo, la preocupación persiste entre los padres, quienes están organizándose para ayudar a las familias que temen salir de sus hogares. Algunos miembros de la asociación de padres y maestros están vigilando las entradas de las escuelas para alertar sobre la presencia de agentes de inmigración.
La comunidad de Charlotte continúa movilizándose en un esfuerzo por proteger a sus vecinos inmigrantes y garantizar su seguridad en medio de la creciente tensión por las redadas migratorias.

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