Cuando a Hermann Göring, el segundo de Hitler, le entregaron una copia de su imputación en los juicios de Nuremberg, él escribió en los márgenes "el vencedor será siempre el juez, y el vencido, el acusado" . Me lo recuerda el fiscal español Carlos Castresana en nuestra conversación sobre la justicia internacional desde entonces (1945) hasta ahora.
En Nuremberg se estrenaron dos nuevos delitos, el de crímenes contra la humanidad y el de genocidio , como muy bien relata Philippe Sands en su libro Calle Este-Oeste, dos delitos argumentados por dos abogados judíos, Hersch Lauterpacht y Raphael Lemkin. Nuremberg es la piedra fundacional del derecho internacional.
Después, en los años 90, volvió a aplicarse en varias ocasiones, "fue una década prodigiosa, que empezó cuando cayó e

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