Después de los 35 o 40 años, los dermatólogos consideran que tenemos una piel madura, resultado del envejecimiento natural. Para este tipo de piel, recomiendan productos que aseguran hidratación profunda, restauración de la barrera cutánea y que no tengan elementos irritantes porque suelen ser más secas y sensibles.
La piel madura es más fina, seca y frágil, y resulta áspera al tacto. También pierde elasticidad, firmeza y tonicidad, lo que provoca flacidez visible. A esas edades también aparecen arrugas marcadas y líneas de expresión profundas.
Por eso, sobre todo por su mayor fragilidad y sequedad, la piel madura necesita cuidados específicos que, gracias a la cosmética moderna, están al alcance gracias a los body wash . Estos combinan ingredientes dermatológicamente probados

Clarín

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