Las lluvias arrastran cenizas, sedimentos y restos químicos desde un escenario que ha sufrido incendios forestales. Además de la devastación del lugar, la desaparición completa de bosques milenarios y fauna masacrada, quedan las cenizas, los sedimentos y restos químicos.

Cuando la vegetación arde, desaparece el “escudo” que protegía la superficie y el calor del incendio puede generar una capa hidrófoba que repele el agua. La infiltración disminuye, aumenta la escorrentía superficial y se intensifica la erosión . El agua que antes se filtraba lentamente hacia los acuíferos ahora circula rápidamente, arrastrando cenizas, carbono, nutrientes y metales pesados hacia cauces y depósitos cercanos, o infiltrándolos directamente en el subsuelo.

Las consecuencias se agravan cuando, tras largo

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