Los últimos días de noviembre son particularmente calientes para una política bonaerense que, por estas horas, deshoja la margarita y espera para saber si mañana, en una sesión maratónica, se podrán aprobar tres leyes centrales para la administración de Axel Kicillof.

En juego están el Presupuesto, la “Fiscal-impositiva”, y la habilitación del financiamiento externo, una toma de deuda de casi 3 mil millones de dólares que el gobierno provincial prevé utilizar, en gran medida, para afrontar los pagos de la deuda tomada por la exmandataria María Eugenia Vidal y, además, para afrontar los requerimientos de políticas sociales cada vez más acuciantes en el golpeado conurbano.

La semana pasada, la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputado dio dictamen a la mal llamada Ley de Leyes y a l

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