Génova ha amanecido este viernes 28 de noviembre con parte de su actividad paralizada. Los sindicatos de base, integrados en la Confederación Unitaria, son los impulsores de una jornada de huelga para protestar contra “la economía de guerra”, el aumento del gasto militar, los recortes sociales, la privatización de servicios públicos y las alianzas europeas con Israel que han facilitado en genocidio en Gaza.
El paro se nota sobre todo en los sectores del transporte ferroviario y en puertos como el de Génova, donde los estibadores ya bloquearon en octubre el paso de barcos con destino final Israel.
El papel europeo ante el genocidio en Gaza es uno de los asuntos principales de la jornada, con demandas que exigen la ruptura de relaciones con el Gobierno israelí y un embargo de material militar integral. También solicitan la suspensión del envío de armas a Ucrania, y advierten de los riesgos de la militarización.
Hace unas horas llegaron a esta ciudad italiana personalidades con relevancia internacional para apoyar la movilización de este viernes. Entre ellas, destacan l a activista Greta Thunberg , la relatora de Naciones Unidas para Palestina, Francesca Albanese , el exministro griego Yanis Varoufakis , el periodista estadounidense Chris Hedges, el palestino estadounidense Ahmed El Din o el activista brasileño Thiago Avila , organizador de la flotilla Sumud que fue interceptada a principios de octubre por el Ejército israelí, cuando se dirigía a Gaza.
Albanese, Thunberg, Hedges o Avila, así como personalidades del mundo de la cultura italiana, también participarán este sábado en la manifestación convocada en Roma con las mismas demandas, aunque más centrada en Gaza, ya que coincide con el Día Internacional de Solidaridad con Palestina, por lo que también hay previstas movilizaciones en otras ciudades europeas, entre ellas, varias españolas.
La relatora de Naciones Unidas, Francesca Albanese, ha subrayado que el plan Trump para Gaza y la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU aprobada en la misma línea “ponen la Franja en manos de una administración títere, con Estados Unidos como nuevo gestor de una prisión al aire libre, aplastando aún más el derecho de los palestinos y cualquier camino hacia la paz”.
José Nivoi, portavoz del sindicato de base USB e integrante de la flotilla que intentó llegar a Gaza en octubre, explica a elDiario.es que el lema de la huelga, “bloqueemos todo”, busca movilización para defender un salario mínimo digno, una jubilación a los 62 años y para denunciar la complicidad de Italia con el genocidio en Gaza.
“El aumento del coste de la vida es una lacra que azota la economía de millones de personas”, señala el sindicato USB, que señala el aumento del gasto en armamento y el programa de rearme europeo como medidas en favor de una elite y en contra de los intereses de la mayoría social.

El hilo conductor que une a las miles de personas presentes ese viernes en las protestas italianas vincula el belicismo y el rearme con los recortes y el genocidio en Gaza
A la ciudad portuaria también han llegado, desde Nueva York, rabinos estadounidenses que defienden un judaísmo desvinculado de Israel y de la defensa de la ocupación y el apartheid israelí en Palestina.
El hilo conductor que une a las miles de personas presentes ese viernes en las protestas italianas vincula el belicismo con el retroceso en derechos sociales y con los crímenes masivos de Israel contra la población palestina. “No queremos ser cómplices de un genocidio, por eso tenemos la obligación de movilizarnos ante las políticas que siguen normalizándolo”, señalan desde los sindicatos convocantes.
En la manifestación de Génova de esta mañana la relatora de Naciones Unidas, Francesca Albanese, ha señalado que “el genocidio no ha terminado y no lo hará mientras prosiga la complicidad política y el enriquecimiento político y financiero de Estados y actores privados a costa de los crímenes” contra la población palestina. También ha alertado de que más de trescientos palestinos han sido asesinados en Gaza desde el inicio del 'alto el fuego', entre ellos, decenas de niños y niñas.

“Mientras los Estados de la UE mantengan su complicidad, los pueblos no lo harán”, ha asegurado junto a estudiantes, trabajadores y otros ciudadanos de la sociedad civil convocados en la plaza Brignole y alrededores. “Mucha gente está dispuesta a pronunciarse para parar el genocidio y el apartheid, la flotilla fue ejemplo de ello, esto es ejemplo de ello”, ha resaltado ante los manifestantes.
“El genocidio no ha terminado”, ha denunciado el exministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis. “El genocidio está en pause , pero no ha terminado, está ocurriendo de forma más silenciosa; si no lo para la solidaridad internacional, nada lo va a detener”, ha advertido. Entre las consignas que se corean, destaca el “no a la guerra” y “Meloni, dimisión”.
Esta semana la relatora de la ONU, Francesca Albanese, emitió un comunicado contra la reciente resolución 2803 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que oficializa varios puntos planteados por el plan Trump para Gaza.
Albanese resalta que la 2803 “viola el derecho palestino a la autodeterminación y la Carta de las Naciones Unidas”, y recuerda que proteger el derecho internacional implica “levantar el bloqueo de la Franja, garantizar el acceso humanitario, apoyar la gobernanza liderada por palestinos y garantizar el derecho al retorno” de las personas refugiadas expulsadas en 1948, 1967 y en años y décadas posteriores, hasta hoy.
Tanto ella como Greta Thunberg y varios portavoces sindicales han resaltado que el genocidio en Palestina, el rearme europeo, la crisis climática, el belicismo y el estado de las políticas sociales en los países que aumentan el gasto militar están unidos por un eje vertebral que daña “los intereses de los pueblos del mundo”.

La principal central sindical de Italia, CGIL, no se ha sumado al paro de hoy y ha convocado a una acción separada en diciembre. Esta huelga es la tercera acción de magnitud nacional en poco más de dos meses en Italia.
La primera se produjo el 22 de septiembre, cuando cientos de miles de jovenes y trabajadores salieron a las calles de las principales ciudades italianas y bloquearon rutas, accesos a puertos y puntos estratégicos, en respuesta al ataque israelí contra la Global Sumud Flotilla que se dirigía hacia Gaza para denunciar el genocidio.
Esas movilizaciones tuvieron repercusión y desembocaron en la huelga general del 3 de octubre, a la que se sumó la principal central sindical. El pasado 14 de noviembre hubo una movilización estudiantil y bloqueos en los puertos de Livorno y de Génova, protagonizados por los estibadores.
La Unione Sindicale de Base señala la importancia de “parar la guerra y cambiar Italia: empezando por salarios y pensiones dignos, una escala móvil acorde a los tiempos actuales, impuestos verdaderamente progresivos y un plan público para la vivienda, la sanidad, la educación y el empleo estable”.

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