Mientras al interior del Palacio Legislativo de San Lázaro las comisiones intentan destrabar este miércoles la discusión sobre la nueva Ley General de Aguas , afuera la presión de agricultores se mide en kilómetros de asfalto bloqueado.

Este 3 de diciembre marca un punto de inflexión: los diputados retoman el debate con un paquete de 50 modificaciones bajo el brazo, diseñadas de última hora para calmar los ánimos.

Sin embargo, la respuesta del sector agropecuario no ha sido el aplauso, sino el rugido de motores en la autopista Acatzingo-Ciudad Mendoza, donde l a «Gran Caravana de Tractores» mantiene su avance como un recordatorio físico de que las letras chiquitas de la reforma siguen sin convencer a quienes alimentan al país.

La carretera marca la agenda legislativa

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