El martes, poco después del mediodía en Washington, el presidente Donald Trump abrió una reunión de gabinete con una referencia casi obligada: una burla a “Sleepy Joe” Biden. Acto seguido, proclamó estar “más agudo que hace 25 años” y criticó al New York Times por un extenso artículo reciente que detallaba cómo el mandatario de 79 años parecía haber perdido ritmo durante su segundo mandato.

También se quejó ante los periodistas por lo que calificó como una cobertura injusta sobre su salud y su energía. “Ustedes están locos”, lanzó.

Sin embargo, la escena que siguió durante la siguiente hora y media contrastó notablemente con su discurso. Mientras su gabinete lo elogiaba, Trump pareció luchar una larga batalla contra el sueño. Su semblante, su respiración y la forma en que dejab

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