En una reunión de gabinete celebrada el martes, el presidente Donald Trump afirmó que estaba "más agudo que hace 25 años". Esta declaración se produjo poco después de criticar al New York Times por un artículo que sugería que el presidente de 79 años había perdido energía durante su segundo mandato. Trump, conocido por su apodo para el presidente Biden, "Sleepy Joe", se defendió diciendo: "Trump es agudo, pero ellos no lo son tanto".
Sin embargo, durante la reunión, que duró más de tres horas, Trump pareció tener dificultades para mantener la atención. A los 15 minutos de su defensa, se le vio luchando por mantener los ojos abiertos mientras su gabinete lo elogiaba. A medida que los secretarios hablaban, su parpadeo se hizo más notorio y, en varias ocasiones, pareció quedarse dormido, con los ojos cerrados durante 10 a 15 segundos.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, defendió al presidente, afirmando que había estado "escuchando atentamente y dirigiendo" la reunión. Leavitt destacó que Trump había celebrado nueve reuniones de gabinete en el año y que había respondido a preguntas de manera enérgica.
Este no es el primer incidente de este tipo. En noviembre, Trump también fue captado luchando por mantenerse despierto durante un evento en el Despacho Oval, donde se estimó que pasó casi 20 minutos con los ojos cerrados. Las imágenes de ambos eventos se han vuelto virales, generando debate sobre la salud y la energía del presidente.
A pesar de sus afirmaciones sobre su agudeza mental, las escenas de Trump dormitando han suscitado preguntas sobre su capacidad para cumplir con las exigencias del cargo. En el pasado, Trump ha criticado a Biden por parecer somnoliento en eventos públicos, lo que añade una capa de ironía a su situación actual.
Trump ha mantenido una agenda activa, publicando en redes sociales a altas horas de la madrugada, lo que podría haber contribuido a su aparente fatiga. Sin embargo, la frecuencia de estos episodios ha llevado a algunos a cuestionar los estándares que él mismo ha establecido para la presidencia.
La salud de los líderes es un tema delicado, y aunque Trump ha sido más accesible a la prensa que su predecesor, su opacidad sobre su propia salud ha sido objeto de críticas. En el pasado, ha publicado cartas de médicos que han sido cuestionadas por su veracidad, lo que añade un nivel de desconfianza sobre su estado de salud actual.
En resumen, mientras Trump se presenta como un líder enérgico, las imágenes de su lucha contra el sueño durante reuniones importantes plantean interrogantes sobre su capacidad para liderar en un momento crítico para el país.

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