La comunidad islámica de la localidad murciana recibe con sospecha una medida que impide la celebración de sus dos grandes fiestas religiosas en espacios municipales
Abdu Boukra tiene 53 años y nació en Marruecos, pero lleva más de 20 años viviendo en Jumilla (Murcia). Antes, estudió Traducción en Austria, vivió en Alemania, y regresó a la localidad murciana donde se casó con su mujer, española. Boukra se toma la noche de este miércoles una copa en uno de los pocos bares del municipio donde los hombres de origen magrebí se sientan en su terraza a ver la vida pasar después de volver del campo. Ha pasado ya demasiado tiempo desde que empezó a trabajar en el Ayuntamiento, al que señala cuando habla, a unos 500 metros del local. Formó en 2006 parte de un equipo municipal que promovía la integ