Una visita familiar en Florida se tornó en una pesadilla para Carlos González y su hermano. Lo que debía ser un momento de duelo por la muerte de su madre se convirtió en una serie de traslados por centros de detención de inmigrantes, culminando en el controvertido "Alligator Alcatraz". González, de 26 años, pasó alrededor de ocho días en esta instalación, ubicada en los Everglades, donde denunció condiciones inhumanas.

González llegó a Miami con una visa de turista válida, su pasaporte y su licencia de conducir mexicana. Sin embargo, una parada de tráfico por conducir un auto con vidrios polarizados lo puso en el radar de las autoridades de inmigración. "Siempre tenía conmigo mis documentos y cuando me detienen les menciono que soy turista", explicó. El Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. (DHS) indicó que fue detenido por trabajar ilegalmente mientras tenía una visa de turista.

Tras su detención, González fue trasladado a la cárcel del condado de Orange, donde inicialmente le dijeron que todo estaba en orden. Sin embargo, su situación cambió drásticamente. "Me notifican que ya no puedo salir que tengo un ‘fault’ de inmigración", relató. A partir de ese momento, comenzó un recorrido por varios centros de detención, sin recibir asesoría legal clara.

El 16 de julio, fue trasladado a Alligator Alcatraz, donde fue esposado y sometido a condiciones extremas. "Te dicen: ‘Aquí no es comer, es tragar’", comentó sobre la comida. Además, denunció el frío extremo del aire acondicionado y la falta de acceso a productos básicos de higiene. "Tomas agua del lavabo sin saber si es limpia", afirmó.

Las condiciones en Alligator Alcatraz han sido objeto de críticas por parte de defensores de los derechos de los inmigrantes, quienes acusan a las autoridades de Florida de construir una instalación "diseñada para infligir sufrimiento". Sin embargo, funcionarios de Inmigración y Control de Aduanas defienden la instalación, argumentando que ofrece estándares de detención más altos que muchas prisiones en EE.UU.

Después de ocho días, González fue trasladado a Krome, otro centro de detención, donde firmó un documento de salida voluntaria. Asegura que no le entregaron una copia de lo que firmó y que la situación sigue siendo incierta para él y su hermano. Las autoridades continúan enfrentando críticas por las condiciones de detención y el manejo de casos de inmigrantes.