La experiencia de ser hispano evangélico en Estados Unidos a menudo se define por una identidad bicultural única, que navega entre la rica herencia cultural de sus países de origen y la vida cotidiana en la sociedad estadounidense. Esta dualidad no es una división, sino un puente que está enriqueciendo tanto a las iglesias como a la cultura general del país.
Para muchos hispanos de segunda y tercera generación, el español sigue siendo un vínculo con sus raíces familiares y espirituales, mientras que el inglés es el idioma de su educación y entorno social.
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Esta fluidez lingüística y cultural les permite conectar de manera efectiva con diferentes grupos dentro y fuera de la iglesia. “Nuestros jóvenes son un testimonio vivo de la diversi