El activista, primo del ministro del Clima, se ha declarado en huelga de hambre para denunciar la doble moral del país nórdico, al que la explotación de petróleo y gas le ha convertido en uno de los países más ricos del mundo

El combate contra el cambio climático sale a cuenta: generará 4 billones de dólares en nuevos negocios en 2050

El activista climático Vebjørn Bjelland Berg (29 años), primo del ministro de Medio Ambiente de Noruega, Andreas Bjelland Eriksen (33 años), subió el pasado 30 de julio un vídeo en TikTok enseñando su última comida (cereales con yogur) antes de empezar una huelga de hambre para pedir que Noruega termine con la explotación de sus yacimientos de gas y petróleo que han llevado al país nórdico a ser uno de los más ricos en el mundo.

Esta protesta tiene lugar a pocas semanas de la celebración de las elecciones generales en Noruega del próximo 8 de setiembre. Hasta esta fecha, Vebjørn tiene previsto ingerir solamente agua y sales minerales mientras se manifiesta por las calles del centro de Stavanger, capital de la próspera industria petrolera del país.

En sus redes sociales, Vebjørn pide que Noruega renuncie a ser el cuarto mayor exportador mundial de gas natural y el octavo exportador mundial de petróleo crudo. Con esta acción, el activista quiere que su voz llegue al Gobierno de centroizquierda del país y, más en particular, a su primo Andreas, quien fue secretario de Estado del Ministerio de Petróleo y Energía y actualmente es el ministro de Clima y Medio Ambiente.

Equipado con una hamaca, una silla plegable y una pancarta para llevar a cabo la protesta, Vebjørn cuenta en sus vídeos que tras una semana en ayuno empezaba a sentir “náuseas y malestar, sin embargo, la moral sigue alta”, aseguraba. “Quiero concienciar a la gente sobre la necesidad de parar la exploración de nuevos yacimientos de gas y petróleo y eliminar de forma gradual las extracciones en Noruega, si alguien piensa que esto es una demanda radical y utópica, no lo es”, decía el activista.

No es la primera vez que el primo del ministro de Clima y Medio Ambiente noruego lleva a cabo una protesta mediática contra las políticas que han permitido la explotación de los recursos fósiles de su país. Berg tiene una larga trayectoria como activista llevando a cabo acciones como escalar sobre el tejado de la sede de la empresa energética estatal Equinor o bloquear la pista de aterrizaje en el aeropuerto de Oslo. Ahora, Berg dice ser consciente de que no comer durante un período alargado de tiempo es perjudicial para su salud, sin embargo, afirma que está dispuesto a “arriesgar” su “salud” y su “vida” en ello.

Por su parte, el ministro Eriksen, miembro del Partido Laborista, ha declinado hacer ningún tipo de comentario sobre la protesta de su primo. Según el programa electoral de su formación, defiende que la industria petrolera no se sature, pero que se adapte para reducir las emisiones de CO2 antes de 2030. No obstante, el Gobierno laborista ha aprobado en el último año una polémica ronda para otorgar nuevas licencias de exploración para expandir los yacimientos petrolíferos en el mar del Norte y el mar de Barents.

En una entrevista en el periódico Dagbladet en 2024, el ministro Eriksen habló sobre su primo. “Entiendo que mucha gente esté impaciente para reducir las emisiones, yo también creo que es urgente reducir las emisiones para frenar el cambio climático”, aseguraba. “Sin embargo, Vebjørn y yo tenemos diferentes puntos de vista sobre cómo debería llevarse a cabo la transición y cómo expresar nuestras opiniones”.

Terminar con la hipocresía climática

Para el activista Vebjørn Bjelland Berg, uno de los objetivos principales de la huelga de hambre es denunciar que su país sufre lo que él considera una “disonancia cognitiva” respecto a las políticas climáticas. Por un lado, denunciaba Berg, “el país nórdico se presenta como un referente global en la lucha por el medio ambiente y el clima, mientras que, por otro lado, continúa extrayendo hidrocarburos sin aflojar el ritmo”.

Si Noruega decidiera dejar a un lado la extracción de sus recursos naturales fósiles, esto significaría renunciar a una enorme ganancia financiera que ha permitido a los noruegos crear el mayor fondo soberano de inversión del mundo, valorado en más de 16 billones de euros y que garantiza las pensiones del país. El país también se ha visto beneficiado de convertirse en el principal proveedor de gas de la Unión Europea tras las sanciones impuestas a Rusia por la guerra en Ucrania.

“Esta industria nos ha hecho extremadamente ricos”, decía Berg, “el problema es a qué precio, que potencialmente significa la muerte de millones de personas debido a los estragos causados por las emisiones del petróleo y el gas”. “Es una enorme injusticia moral que continuemos enriqueciéndonos más cuando ya somos uno de los países más prósperos en el mundo”.

Esta postura del activista es apoyada por varias formaciones políticas más pequeñas del Parlamento, que van desde los partidos de izquierda y ecologistas, hasta los liberales de centroderecha. Sin embargo, los dos mayores grupos parlamentarios, (socialdemócratas y conservadores) respaldan no poner una fecha definitiva al fin de la extracción de los recursos fósiles. Por su parte, la formación de ultraderecha, Partido del Progreso (Fremskrittspartiet), que las encuestas sitúan como la segunda fuerza más votada en los comicios de setiembre, defiende que Noruega “suministra a Europa el petróleo y el gas que necesita”. “De otra forma, Estados criminales como Arabia Saudí, Rusia o Qatar tomarían el control del suministro, por lo que no se trata solamente de una política energética, sino que es política de seguridad”, argumentaba la candidata de la formación ultra, Kristin Lode, en una entrevista para la cadena NRK.

A pesar de las discrepancias entre los primos Vebjørn y Andreas, hay un episodio vital y traumático que los une. En el verano del año 2011 los dos jóvenes se encontraban en la reunión de las juventudes socialdemócratas en la isla de Utøya cuando el terrorista de extrema derecha Anders Behring Breivik inició un tiroteo que mató a 69 personas e hirió a otras 100. Los dos primos sobrevivieron y desde entonces mantuvieron una estrecha relación que les ayudó a superar el trauma.

Sin embargo, sus caminos se separaron cuando Andreas fue nominado como ministro de Clima y Medio Ambiente en el año 2023. En el seno de la familia Bjelland está muy presente la industria de los combustibles fósiles, como pasa en tantas familias de Stavanger. El abuelo de Vebjørn fue ingeniero químico en una planta petrolera “offshore”, mientras que su padre desarrolló toda su carrera laboral en la empresa Statoil, ahora conocida como Equinor. Para este artículo, elDiario.es se ha puesto en contacto con Vebjørn, que ha declinado hacer una entrevista.