No es la primera vez que las capitales europeas están sumidas en la preocupación de que el presidente ruso, Vladimir Putin, divida quirúrgicamente la alianza transatlántica y consiga todo lo que desea en Ucrania.

Antes de la inesperada cumbre anunciada en Alaska, para el viernes, entre Putin y el presidente estadounidense, Donald Trump, un diplomático europeo, que pidió no ser identificado por no estar autorizado a hablar oficialmente, declaró a la CNN: “Corremos el riesgo de ser una nota al pie de la historia”.

En parte, los temores europeos se deben a la poca información disponible sobre la propuesta del Kremlin para detener los combates en Ucrania. Putin no ha dado detalles y el enviado estadounidense, Steve Witkoff, no dijo nada tras su reunión con el líder ruso el miércoles pasado.

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