El enfrentamiento en la cúpula del Gobierno argentino ha escalado con las denuncias realizadas por la vicepresidenta, Victoria Villarruel, contra personajes leales al mandatario ultraderechista, incluido el comunicador español Javier Negre
La vicepresidenta argentina denuncia a Javier Negre por amenaza de rebelión, intimidación y atentado contra el orden público
Podría ser una escena sacada de un sainete, pero se trata de una disputa real que expone dos caras de la ultraderecha argentina. El enfrentamiento entre Javier Milei y Victoria Villarruel ha escalado hacia un camino sin retorno con las denuncias en los tribunales que ha hecho la vicepresidenta a personajes leales al mandatario. Se especula con que la defensora de los militares de la dictadura decidió pasar a la acción después de que Milei la tratara de “bruta traidora” públicamente.
Milei representa una derecha liberal ligada a las élites económicas, mientras que Villarruel encarna un conservadurismo nacionalista y militarista. Ambas facciones caminaron separadas en momentos de la historia argentina, pero se unieron en la mayoría de las dictaduras del siglo XX. Hoy se muestran en pugna, pese a que comparten el Ejecutivo desde el 10 de diciembre de 2023.
“Bruta traidora”
En su discurso en la Derecha Fest, el pasado 23 de julio, Milei rompió todos los lazos al acusar a su vice directamente de “bruta traidora”. Los dardos continuaron luego de que el Congreso aprobara un aumento a las jubilaciones y la declaración de emergencia en discapacidad, que el mandatario ya ha anticipado que va a vetar.
En una entrevista a Radio Mitre, el presidente cuestionó la actitud de Villarruel al “habilitar una sesión ilegal para tratar de romper el Gobierno”. Entonces culpó a la presidenta del Senado de la subida del dólar. “Qué casualidad que todo esto se disparó a partir del mamarracho de traición en el Congreso”. Al ser consultado si se refería a Villarruel, contestó “sí, la traidora bruta”.
En esa línea, el líder ultraderechista ejemplificó con la frase “Roma no paga traidores”. “Implica el destierro para el traidor, porque los que fueron traicionados no te quieren, y los que se beneficiaron de la traición saben que sos un traidor. Si alguien que vivía en el anonimato absoluto terminó llegando a la vicepresidencia y te clava un puñal, digo, ¿quién te puede dar algo de semejante calibre? Lo único que nosotros aportamos es que tenga responsabilidad institucional y que haga su trabajo”.
Del silencio a la victimización
La abogada pasó de meses de silencio a la contraofensiva, al presentar la semana pasada dos denuncias en los tribunales bajo el argumento de que es víctima de un hostigamiento que tiene como objetivo “atacarla en su rol de titular del Senado, que se busca ”descabezarlo“, para ”aniquilarlo como contrapoder“. Acusó a Nicolás Márquez, ideólogo ultraderechista y biógrafo de Milei, y a la diputada Lilia Lemoine (suele actuar como vocera del presidente y su hermana Karina Milei) de delitos graves que incluyen las amenazas contra el orden constitucional. También denunció a Javier Negre, dueño de La Derecha Diario, por intimidación pública, atentado contra el orden público y amenaza de rebelión.
Emilia Delfino, autora del libro La generala. Biografía no autorizada de Victoria Villarruel, señala a elDiario.es los motivos para que haya escalado el conflicto: “Del lado del Gobierno hay una búsqueda por responsabilizar a alguien de fuera del partido La Libertad Avanza de sus derrotas en el Congreso”. “Creo que ellos también ven que Villarruel se maneja de alguna manera cuidándose a sí misma y no cuidando los objetivos del Gobierno, siempre tratando de mantener su buena relación con otras fuerzas políticas, porque ella sabe que ya no forma parte de La Libertad Avanza y que tiene que reinsertarse en otro espacio político”.
Villarruel busca diferenciarse de Milei y se muestra con juego propio. Al parecer, en La Libertad Avanza no hay lugar para otro líder que conviva con el presidente. Delfino afirma que del lado de la vicepresidenta la interna se agudiza debido a que el mandatario cruzó una línea roja al insultarla públicamente. “Ella decide hablar después de más de un año, en el que se llamó a silencio para no confrontar, salvo esporádicamente con algún posteo en X. Hasta que llega una situación de hartazgo después de los insultos de Milei y de los ataques en las redes, pero esta vez venían acompañados del mote de traidora y ahí ella decide de manera personal, sin consultar a su equipo ni a sus asesores, romper con la estrategia del silencio y hablar”.
Lo cierto es que Villarruel no ha tenido buena sintonía con Karina Milei, la secretaria de la Presidencia, a quien su hermano llama “el jefe”. Desde el principio a la vicepresidenta la dejaron fuera de reuniones de Gabinete clave y de eventos del partido gobernante.
“Son dos mujeres macho alfa —las define un hombre que acompañó a Milei durante la campaña presidencial, cuenta Delfino en La Generala—. Karina Milei y Villarruel son dos trenes que chocaban constantemente por motivos varios: desconfianza, competencias por el lugar que ocupan al lado de Javier...”.
El pasado los une (y los condena)
Villarruel y Nicolás Márquez, biógrafo de Milei, han tenido un pasado en común. Estudiaron juntos contraterrorismo en Estados Unidos en el Centro de Estudios Hemisféricos William J. Perry, institución vinculada al Departamento de Defensa, y tenían buena relación, hasta que con el tiempo fueron confrontando y se terminaron distanciando.
Según publica el diario Página12, el escritor ultraconservador días atrás mencionó una cena en la que compartieron mesa con Villlarruel, en 2018, en el Círculo de Armas. El político ultraliberal Carlos Maslatón, que se alejó de La Libertad Avanza, publicó en X la foto de ese encuentro. En la cena también estaban José Alfredo Martínez de Hoz (hijo del homónimo exministro de Economía de la dictadura) y Agustín Laje, éste último hoy presidente de la Fundación Faro, think tank del mileísmo. Según contó Márquez, Martínez de Hoz les propuso financiar una ONG desde la cual él y Laje librarían una batalla cultural. Casualidad o no, surgió años después la Fundación Faro.
A Martínez de Hoz hijo se lo señala en su rol benefactor del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), que ha presidido Villarruel. La vicepresidenta insiste en la idea de la “memoria completa”, una expresión acuñada por la comandancia del Ejército que equipara los crímenes de las Fuerzas Armadas con los de la guerrilla y cuestiona la cifra de 30.000 desaparecidos. El ala mileísta comparte el negacionismo. Sin embargo, en el video institucional el pasado 24 de marzo, Día de la Memoria, por la Verdad y la Justicia, el Gobierno dejó a Villarruel fuera de la grabación y no hubo ni una mención al Celtyv.
Recientemente, Márquez acusó a Villarruel en un vídeo de haber recibido financiamiento por parte de Roberto Guillermo Bravo, uno de los autores del fusilamiento de 16 presos políticos conocido como la “Masacre de Trelew” en 1972, calificada como crimen de lesa humanidad por la justicia argentina.