Durante muchos años existió una enorme central de abastos en el mero centro histórico de México. La Merced. Era un lugar de vida activa desde la madrugada y hasta muy tarde todos los días del año. Así fue durante cuatro siglos, desde su origen en el siglo XVI hasta su reemplazo por la Central de Abasto en Iztapalapa en 1982.

Aquel bullicio matutino, feliz, de convivencia, de compra y venta de mercancías de todo tipo, para el hogar o para el comercio, era un ejemplo de cómo los mercados del país unen a la población y le dan sentido de unidad y pertenencia. Así era La Merced en donde se resumía toda la República mexicana, en la que se encontraba “de todo” para todos. En donde se podía regatear con las marchantas o marchantes y en donde los cargadores gritaban con estruendo “¡va el golpe!”.

See Full Page