Jan Yunis, Franja de Gaza.— El cuerpo sin vida de Ro’a Mashi, de dos años y medio, yacía sobre la mesa del Hospital Nasser de Gaza, con sus esqueléticos brazos y caja torácica, y los ojos hundidos en su cráneo. Los médicos dicen que no tenía padecimientos preexistentes y se fue debilitando durante meses mientras su familia luchaba por encontrar comida y tratamiento.

Su familia mostró a The Associated Press una foto del cuerpo de Ro’a en el hospital, la cual fue confirmada por el médico que recibió sus restos. Varios días después de su muerte, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu dijo el domingo a los medios locales: “No hay hambre. No hubo hambre. Hubo escasez, y ciertamente no hubo una política de hambre”.

Ante la indignación internacional, el político israelí respondió diciend

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