La introducción del pescado en la alimentación infantil es clave para un desarrollo saludable, pero no todas las especies son seguras para los más pequeños. Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), este alimento, rico en proteínas y nutrientes, debe incluirse a partir de los seis meses como parte de la alimentación complementaria, siempre en trozos pequeños, desmigado o en puré. Sin embargo, existen variedades que conviene evitar debido a su alto contenido en metales pesados.

Un pescadero profesional, a través de su cuenta de Instagram (@pescadosaturnino), ha advertido que “no todos los pescados son seguros para los niños”. Entre los que desaconseja se encuentran el atún rojo, la lubina de gran tamaño, el mero y el pez espada, todos ellos con niveles de mercurio que pueden resulta

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