Bolivia se prepara para una histórica segunda vuelta electoral tras los comicios del 17 de agosto, donde el Movimiento al Socialismo (MAS) fue excluido de la contienda. Esta elección marca un cambio significativo en el panorama político del país, que ha estado dominado por la izquierda durante casi dos décadas. Los resultados preliminares indican que Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), obtuvo aproximadamente el 32,1% de los votos, mientras que el expresidente Jorge "Tuto" Quiroga alcanzó el 26,8%. Ambos se enfrentarán en el balotaje programado para el 19 de octubre.
El politólogo Franco Gamboa destacó que "el votante boliviano eligió poner fin al modelo populista que dominó con el MAS". La crisis económica, caracterizada por una inflación récord cercana al 25% interanual, ha influido en la decisión de los votantes. La escasez de divisas y la falta de combustible han generado descontento, lo que ha llevado a muchos a buscar alternativas a la gestión del MAS.
Paz, en su discurso de victoria, enfatizó la necesidad de "reconstruir la Patria" y criticó el "Estado tranca" que, según él, obstaculiza la iniciativa privada. Por su parte, Quiroga se ha posicionado como un referente de la oposición al MAS, mientras que el candidato del MAS, Andrónico Rodríguez, apenas logró un 8% de los votos, lo que refleja un fuerte retroceso de la izquierda en Bolivia.
El politólogo José Orlando Peralta resumió la situación como un "fin de ciclo económico más una implosión política del partido oficialista". La división interna en el MAS, entre el presidente Luis Arce y el exmandatario Evo Morales, ha debilitado al partido. Morales, que no pudo postularse, llamó a anular el voto, lo que resultó en un 19,4% de votos nulos, una cifra que indica el descontento con el sistema político actual.
Con el cambio de liderazgo, se anticipa un giro en la política exterior de Bolivia. Gamboa sugirió que un nuevo presidente podría acercarse al Gobierno de Donald Trump, marcando un distanciamiento del eje bolivariano que caracterizó a los gobiernos anteriores. La elección de Paz o Quiroga podría abrir nuevas oportunidades de integración con Estados Unidos y la Unión Europea, alejándose de la postura antiestadounidense del MAS.
Este balotaje representa una oportunidad única para que Bolivia defina su futuro político, alejándose de dos décadas de dominio de la izquierda y abriendo la puerta a un nuevo capítulo en su historia.