El municipio de Ricaurte, Nariño, vivió el pasado viernes una de esas noches que quedarán marcadas en la memoria colectiva por su crudeza y por el halo de misterio que envuelve los hechos. Lo que inició como una velada tranquila frente a un concurrido asadero de pollo, terminó convirtiéndose en escenario de una escena sangrienta que, por su brutalidad, parece sacada de una novela negra.

Eran cerca de las nueve de la noche cuando Darwin Patiño, taxista de profesión y conocido en algunos círculos como escolta ocasional en tiempos de política, se encontraba en las afueras del establecimiento “Súper Pollo” en compañía de su amigo y copiloto, Neiver Nastacuas, más conocido entre sus allegados como ‘Maravilla’. La calma se rompió cuando sicarios, que al parecer venían siguiéndolos, se acercaron

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