El Reino Unido podría estar al borde de una crisis económica al estilo de los años 70, cuando el país tuvo que pedir un rescate al Fondo Monetario Internacional (FMI), con un alto déficit público, la inflación fuera de control y cuestionables políticas fiscales.
Economistas británicos culpan a las políticas impositivas y de gasto de la ministra de Hacienda, Rachel Reeves; al endeudamiento, que supera el 96 % del PIB; a los intereses de la deuda, que superarán los 111.000 millones de libras (149.327 millones de dólares); y al déficit fiscal de 50.000 millones de libras (68.000 millones de dólares) en las finanzas públicas, según un informe de The Telegraph.
En este sentido, los expertos hacen una comparación con la crisis de hace casi 50 años, que obligó al Gobierno laborista a solicitar