En lo alto de una aldea palestina con vista a Jerusalén, Atallah Mazara’a reflexiona sobre su sueño de toda la vida. Su aldea beduina de Jabal al-Baba se encuentra cerca del centro geográfico de la Ribera Occidental, entre el norte y el sur de lo que sería un futuro Estado palestino.
Sin embargo, con cada día que pasa, ese sueño parece desvanecerse en el horizonte, más lejano que nunca.
El ministro israelí de Finanzas de ultraderecha, Bezalel Smotrich, anunció la semana pasada la aprobación final de miles de nuevas viviendas para expandir el asentamiento israelí de Ma’ale Adumim, lo que en la práctica dividiría la Ribera Occidental en dos, en un plan conocido como E1.
Smotrich dejó claro que su objetivo es acabar con las perspectivas de un Estado palestino, al decir: “El Estado palestin