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La exposición prolongada a contaminantes atmosféricos como el dióxido de nitrógeno y las partículas en suspensión no solo afecta a la salud física, sino que puede ralentizar el procesamiento mental, deteriorar la memoria y provocar cambios en la estructura del cerebro en la vejez, al acelerar el deterioro cognitivo.
Así lo indica un estudio publicado recientemente por la revista ‘The Lancet Healthy Longevity’ y en el que participó el investigador de la Universidad de León (ULe) y profesor en el King’s College de Londres, Jorge Arias de la Torre.
La investigación se centró en adultos de mediana edad (45–64 años) y evaluó su exposición a dióxido de nitrógeno (NO₂), óxidos