¿Es de derechas tener aire acondicionado? La pregunta parece absurda, propia de un titular diseñado para generar clics. Pero no lo es. En Francia, la discusión política y cultural de los últimos días ha girado en torno a esta idea. Y el mero hecho de que semejante debate sea posible refleja hasta qué punto Europa se ha adentrado en una espiral ideológica peligrosa. Los datos son claros. En Europa, solo el 19% de la población tiene aire acondicionado; en Estados Unidos, el 88%. El resultado es que las olas de calor disparan la mortalidad en las ciudades europeas mucho más que en las norteamericanas. No se trata de un capricho, sino de calidad de vida –y, en muchos casos, de supervivencia–.
Una primera explicación es económica: Europa es más pobre que Estados Unidos. Muchos hogares querrían